viernes, 13 de octubre de 2017

Las 2 de la madrugada y el ruido eterno

Hace unos días, conversando con un amigo en torno a mi nuevo proyecto musical, la charla nos llevó a un referente literario musical; un libro imprescindible para conocer y entender cómo se fraguó socialmente la música clásica en el siglo XX. Una lectura fragmentada y eternamente aplazada por distintos motivos, pero que ahora me apetece mucho leer en su totalidad. Digamos que, el deseo de leerlo en estos momentos de mi vida, me llama irresistiblemente. Esa misma tarde adquirí «El ruido eterno», de Alex Ross. No os podéis imaginar lo que estoy disfrutando. Libro inteligente, ameno, cercano, documentadísimo..., un placer que se extiende a lo largo de 800 páginas de sabiduría. Anoche, a las 2 de la madrugada el sueño me venció y el libro quedó reposando a mi lado. Pero tres horas después, a la hora más incierta e ingrata, el desvelo se apoderó de mí y hube de recurrir de nuevo a su lectura (todavía seguía palpitando en mi interior). Así hasta escuchar el encendido de la alarma de mi mesita de noche. "¡Ok, está bien, es hora de levantarse!" - me dije- ¡Muchas gracias, Manuel Carvajal, por sacar a la luz estas páginas! Abrazo fuerte, amigo.

PD: Durante la lectura me ha acompañado «Vexations», de Erik Satie. Partitura de tan sólo dieciocho notas que se repite 840 veces y dura 18 horas y 40 minutos de manera ininterrumpida, y que hay que escuchar en el más profundo silencio, para la más intensa inmovilidad.

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