lunes, 8 de mayo de 2017

CARTA A MI ALUMNO «K»

En el concierto fin de curso mostrarás todo el esfuerzo realizado durante el año, pero todavía hay que perfeccionar más las piezas que con tanta vehemencia has trabajado. Ten en cuenta que todo tiene que estar controlado al 100 %, no basta con creer que tocas bien. Haz esta prueba: repite la pieza diez veces seguidas y si lo haces a la perfección entonces sí estará interiorizada (grabada en tu corazón) y aprendida con todas las garantías, pero si hay un mínimo descontrol expresivo durante la ejecución de esas diez veces, significará que aún necesita más tiempo de estudio, más rodaje. Llega un momento donde la música fluye tan natural como caminar de manera inconsciente. Pero has de estar siempre alerta, muy concentrado en el sonido. Anticipa con tu imaginación qué mensaje quieres ofrecer, tenlo claro cinco compases antes de atacar lo escrito. ¡Ánimo!, sabes que la música te genera una gran satisfacción intelectual y emocional, pero requiere gran esfuerzo y disciplina. Aprende de los legendarios maestros del piano, Heinrich Neuhaus y Muzio Clementi, que incluso hasta el final de sus días, siendo octogenarios, se encerraban en sus salas de estudio y pedían a sus familiares y amigos que no fuesen interrumpidos bajo ningún concepto. ¡Ama la música!, ahora tienes 13 años, recuerda la historia que te conté sobre Beethoven y Schubert. ¡Nada cae por ciencia infusa! ¡Estudio, corazón, estudio, corazón y más estudio..., y más corazón...!

Tuyo, Francisco Acosta; tu profesor que te quiere y admira.

Sevilla a 8 de mayo de 2017.


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