lunes, 4 de septiembre de 2017

ASALTO Y CONQUISTA DEL CASTILLO

Sí, hoy es el primer lunes de septiembre. El sol se cuela por las rendijas de mi ventana. Me saluda. Quiere quedarse. Alarga su mano en forma de rayo, me agarra de la solapa y me sacude un puntapié para lanzarme de bruces a la calle. ¡Ah, las calles de septiembre!, ese incipiente termómetro de corazones en flor. Me duele la rodilla izquierda y el pie derecho, aun así, yo brinco por las calles de septiembre. Nada me para, al contrario, si una desavenencia tropieza conmigo, yo salgo a las calles y salto como una grácil gacela. ¡Ah, las calles de septiembre! En cada salto aplasto una cucaracha. ¡Hay tantas cucarachas que aplastar! La cucaracha/miedo, la cucaracha/dolor, la cucaracha/temblor...y finalmente la cucaracha/prejuicio, la más repugnante e inmunda de las cucarachas. Sí, los prejuicios, esa losa plúmbea que siempre está al acecho para hundirte, pero que la experiencia acaba levantando como una pluma. En septiembre uno quisiera removerlo todo, quitar el polvo acumulado y dar lustre para que el horizonte se vea más claro. ¡Ah, las calles de septiembre! ¡La luz de septiembre! ¡Septiembre, asalto y conquista del castillo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario