jueves, 3 de agosto de 2017

LOS ALBORES DE MI HUIDIZA JUVENTUD

Yo adoraba a Beethoven y Bach. El tiempo pasaba y mi deseo de estudiar profesionalmente música se hacía eterno. Distintas circunstancias impidieron que de niño pudiese estudiar de manera reglada, pero al fin llegó el momento deseado y, en los albores de mi huidiza juventud, después de ser autodidacta, pasar por escuelas de música y profesores particulares, pude ingresar oficialmente en la especialidad de piano en el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo de Sevilla. Lloré tanto ese día que aún hoy se me saltan las lágrimas cuando recuerdo aquel tablón de anuncios con los alumnos que habían conseguido plaza de piano. Busqué mi nombre en la lista haciendo un tráveling de abajo hacia arriba, crucé los dedos y cuando me encontré quedé paralizado al comprobar que había superado la nota de corte para ser admitido.

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